La potencia contratada es la máxima potencia que se puede demandar. El ICP (interruptor de control de potencia) que se tiene instalado impide demandar más de la potencia. Dependiendo de las cargas eléctricas que se tengan en el suministro y de la simultaneidad con que éstas se vayan a usar, eres tú el que tiene que decidir qué potencia te interesa contratar.